EL LUNES EMPIEZO

Todos los lunes comenzamos el día convencidos de que " hoy empezamos la dieta".Entonces, "equipamos" la heladera de productos "light". Arrancamos la mañana sólo con una infusión y  almorzamos sólo un yogurth o una fruta. Durante la tarde otro yogurth o una barrita de cereal y "logramos" llegar hasta la cena.

El martes intentamos esta nueva rutina, si el contexto o el ambiente lo permite, es decir, si nada o nadie, se interpone ante nosotros.

Y llega el miércoles, nos pesamos y el resultado es que bajamos de peso, seguro que sí.

 El jueves ya nos aburrimos del yogurth, de la fruta y ni hablar de la ensalada, sin embargo, nuestro objetivo es terminar la semana invictos de tentaciones.

Y llegó el gran día, el viernes, cansados de trabajar o estudiar, por lo que no almorzamos ya que queremos terminar nuestro trabajo rápido y volver a casa.

 Y hoy sábado, nos volvemos a pesar y bajamos de peso, ya no tanto como el miércoles.

Pero ¿qué pasó?, si todos los días comí lo mismo.De todas maneras, estamos felices con nuestro nuevo peso y a la noche tenemos un cumpleaños, así que adelante!! Nada nos va a detener, ni la torta más rica ni la mejor pizza del mundo. Y toda la reunión, sin comer nada rico, ni un poco, sólo aceptamos una gaseosa light o un cafecito. Y volvemos a casa, pero claro, nos olvidamos que "nuestro jefe", el cerebro, estuvo expuesto a una oferta y disponibilidad de alimentos ricos y "prohibidos" según dicen.

Y es ahí, donde la prohibición de lo rico, nos genera más deseo. Y finalmente, todo termina como empezó, "atacando" la heladera o la alacena ,en busca de "algo rico", que no hay, porque recordemos que " estamos a dieta", entonces comemos lo que hay y peor aún, ni siquiera es lo deseado. Y nos vamos a dormir con culpa y enojados con nosotros mismos.

Es domingo y nos volvemos a pesar, y obvio que subimos de peso, entonces, para que vamos a seguir con la ensalada...Mejor,almorcemos algo abundante y rico.

Total, " el lunes empiezo"